Conforman el municipio de Loma de Ucieza cuatro localidades: Bahillo, Gozón de Ucieza, Itero Seco y Villota del Duque.
El topónimo de Bahillo parece proceder de “Vadum” o vado mas –illo sería igual al pequeño vado; Gozón lo sería de “codón” o canto rodado, sería el lugar ubicado en una colina peñascosa; Itero lo sería de “fictum” o clavado, lugar de hitos; y villota provendría del latín “villa alta” o bien de villa del antropónimo femenino ota; lo del Duque es un anexo que seguramente hace referencia a la posesión del Duque de Infantado y lo del anexo Ucieza parece referirse a hoz o estrechez .
Bahillo era citada en la documentación de los siglos XII y XIII como “vadelum o Vayllo” con significado pequeño vado, disponiendo en esa época de tres iglesias dedicadas a Santa María, San Andrés y San Pedro. Hoy día su iglesia parroquial se encuentra bajo advocación de la Asunción de la Virgen. Es de piedra y ladrillo, con un retablo rococó del S. XVIII, y otro de la 2ª mitad del XVI y pila bautismal de 1550 en la nave del Evangelio. En el Presbiterio: retablo del S. XVIII, retablo mayor del tercer tercio del S. XVI con varias pinturas, en el banco con relieves y en la nave del Evangelio: dos retablos del siglo XVII.
Dispone Bahillo de una interesante Cruz de principios del S. XVI.
La iglesia de Gozón, dedicada a San Miguel, es de tres naves, el retablo del Evangelio del S. XVI y otro retablo neoclásico con la importante Virgen del Sayugo también del S. XVI; en la nave de la Epístola destaca un San Miguel Arcángel también del primer tercio del XVI. En la Sacristía, una buena Cruz plateresca. Dispone también de una ermita dedicada a Ntra. Sra. De Sayugo.
La iglesia de Itero Seco también está dedicada a San Miguel, edificada en 1993 con los restos de la antigua que se vino abajo salvo su torre, guardando en particular varias de sus esculturas del siglo XVI, destacando una de un Santo Obispo, y un buen Crucifijo del mismo siglo.
En Villota del Duque se han descubierto varios restos arqueológicos que demuestran su antigüedad y en los pagos de La Mota y La Motilla, un despoblado medieval. Su iglesia, dedicada a San Esteban, es de ladrillo y adobe, con tres naves y sus retablos de los siglos XVII y XVIII, conserva del siglo XVI dos crucifijos, una Virgen del Humilladero y un San Cristóbal.
A finales del XVI se documenta la existencia de una cofradía de los Santos Mártires y del XVII la de las Ánimas y la de la Santa Cruz.